Stirling fue uno de los tres bastiones más importantes de Escocia. Una ciudad que ha sido testigo de innumerables batallas y de grandes hazañas, pero que si algo nace de sus entrañas, es el nombre de uno de los héroes más importantes del
país: William Wallace.
Una ciudad que fue crucial en las Guerras de Independencia de Escocia frente a Inglaterra en el siglo XIV, con su otro gran héroe Robert de Bruce.
No es casualidad que Stirling haya demostrado ser tan importante. Ubicada en el corazón de Escocia entre los ríos Forth y Clyde, en el único punto del río Forth donde podría ser vadeado de manera segura. Todo aquel que quisiera llegar a las Tierras Altas tendría que pasar por aquí, recibiendo por ello el sobrenombre de «La puerta
a las Tierras Altas».
Durante la visita conoceremos su muralla medieval. Escocia ha tenido 11 ciudades amuralladas a lo largo de su historia, una de las cuales fue Stirling. Pasearemos por calles señoriales, como King Street, donde hablaremos de poetas famosos y de sus edificios más importantes. Accederemos a la parte más alta de la ciudad, donde se encontraba el antiguo mercado medieval y el lugar donde
se realizaban las ejecuciones públicas.
En el siglo XIX Stirling tenía la peor cárcel de toda Gran Bretaña. Era un sitio húmedo, insalubre y abarrotado de presos: hombres, mujeres y niños; desde delincuentes menores a asesinos; personas a la espera de juicio o deudores ocupaban el mismo espacio. Además, también servía como armería
y oficina de recaudación de impuestos.
Por otro lado, la Iglesia de Santa Ruda acogió la coronación del Rey Jacobo VI, hijo de María Estuardo. La Abadía de Westminster y esta son las únicas iglesias de Gran Bretaña aún en uso que han presenciado
la coronación de un monarca.
Sin duda la historia de Escocia no sería lo mismo sin Stirling.